En un contexto de interés creciente por opciones más ecológicas y responsables, el sector textil no deja de buscar nuevas alternativas que resulten atractivas frente a los materiales de toda la vida.

Una de ellas es el bambú, derivado de las fibras de la planta del mismo nombre, una especie con curiosas propiedades que la convierten en una opción a tener muy en cuenta a la hora de equiparnos.
Cultivo
El bambú se caracteriza por su gran rapidez de crecimiento, entre 5 y 20 centímetros cada día, pudiendo llegar algunas especies casi al metro diario. De hecho, es una de las más rápidas que existen. Tiene un consumo de agua moderado en comparación con otros cultivos y es más resistente a plagas y enfermedades, lo cual reduce el uso de pesticidas. En general, entre el 20 y el 25% de las cañas de un bosque o plantación pueden ser cosechados anualmente de manera sostenible sin disminuir el tamaño de la plantación. La planta no muere después de la cosecha, cada una consta de varias cañas y cada año crecen nuevos brotes de la planta madre. Además, tiene gran capacidad de absorción de dióxido de carbono. Es un buen punto de partida.
Esta planta se ha utilizado históricamente en Asia con este y otros fines, pero en los últimos años ha ganado popularidad en la industria textil por tener propiedades tan interesantes como estas:
- Textura: Tiene un tacto tan suave o más que el algodón – prendas cómodas.
- Transpirabilidad y absorción de humedad: gracias a sus características estructurales, el bambú es altamente transpirable, tiene una gran capacidad de absorción de humedad y ayuda a regular la temperatura, lo que contribuye al control de olores – prendas confortables, frescas para el calor y cálidas para el frio.
- Propiedades antibacterianas y antifúngicas: tiene propiedades naturales que lo hacen resistente a bacterias y hongos – prendas adecuadas para la actividad física y las pieles delicadas.
- Durabilidad y resistencia: resiste los lavados y el uso diario sin desgastarse rápidamente – prendas duraderas
- Sostenibilidad y biodegradabilidad: las características propias del cultivo hacen que podamos considerarlo un recurso renovable y ecológico. Además, da lugar a productos que pueden descomponerse de forma natural sin causar daños- prendas respetuosas con el medio ambiente.
Las fibras naturales son, en términos generales, más sostenibles que las sintéticas, y el bambú, en particular, presenta ventajas interesantes, pero lo cierto es que lo único realmente sostenible es minimizar el consumo, reparar y reutilizar. La industria está avanzando hacia procesos más sostenibles y responsables mediante diversas tecnologías y procedimientos innovadores, pero queda mucho por hacer. El hecho de que los tejidos cuenten con la certificación Oeko-tex Class 1 nos indica al menos que han sido convenientemente evaluados y cumplen con la normativa aplicable en materia de seguridad y salud.

Considerando la combinación de comodidad, funcionalidad y sostenibilidad que ofrece este tejido, en Tran Tran hemos pensado que es una excelente opción para la fabricación de nuestras camisetas. Esperamos que con ellas puedas disfrutar aún más de tu práctica favorita.